Enganchado a nuestro pubis tenemos un pequeño músculo que es la continuación del recto abdominal, se llama Piramidal Abdominal y los científicos no le atribuyen ninguna acción especial. Es un músculo que al tensar la línea alba, colabora en la acción del músculo recto abdominal. Para la Diafreo, la función del recto es la de vaciar el aire de los pulmones tirando de las costillas hacia abajo, entre otras cosas. En el dibujo, está coloreado de rojo. (Siento la calidad del mismo pero he de deciros que es casero ya que es difícil conseguir buenas imágenes de este músculo, debido a la poca importancia que se le da)
En Diafreo sostenemos la teoría de que todo el cuerpo está afectado por los acortamientos de la musculatura, estos acortamientos nos dan una forma corporal que normalmente sale de su eje armónico condicionando la irrigación sanguínea y el sistema nervioso. Por ejemplo, tener un poco de rotación en la pelvis y las lumbares y que por ello el nervio ciático quede tironeado y moleste. Estos acortamientos también condicionan nuestra manera de percibir e interpretar el mundo, e influyen también en nuestro sistema endocrino (emocional). . Además de condicionar la vida emocional, son a menudo estas emociones que hemos tenido que reprimir, las que provocan los acortamientos, ya que para no sentir o no expresar los sentimientos tensamos y acortamos la musculatura aislando la zona y bloqueando la respiración para que la información no llegue al cerebro.
Cuando una zona de nuestro cuerpo está más tensa, de tensiones que hemos ido acumulando a lo largo de toda nuestra vida, esa zona está sin su forma natural y además pierde salud porque la tensión comprime vasos sanguíneos y fibras nerviosas,
Lo mismo pasa en la Pelvis y por ende, en nuestros Úteros. La represión de la energía vital sexual a lo largo de nuestra vida, es decir, la represión del placer, es el origen de nuestra desconexión del útero y de nuestro cuerpo. El hecho de que los problemas en la pelvis, aparato reproductor y lumbares sea tan común en nuestra sociedad es debido a siglos de represión que llevamos acumulando las mujeres en nuestros cuerpos.
Para comprender la relación entre el Útero y el Piramidal os diré que cuando activamos el piramidal abdominal al final de la expiración, las vértebras lumbares se alinean, siempre que podamos liberar el transverso. Esto significa que los músculos lumbares pueden soltar su tensión y que los nervios que salen de la columna pueden recorrer su camino más libremente. Además, hacer esto parece que estabiliza el sacro. Con lo cual las inervaciones al útero quedarían más libres y mejor colocadas.
El caso es que muchas de nosotras, tenemos poco tono en el recto y el piramidal ya que tenemos un exceso de tensión en otros músculos, con lo cual buscamos el tono haciendo mucha fuerza desde otros lugares. Poder encontrar esto más específicamente requiere de un camino preciso de soltar tensiones.
Por otro lado, para una mejor conciencia del Útero no sólo necesitamos tener la pelvis bien colocada y las lumbares más libres, sino también un diafragma menos tenso y una respiración más armónica, y es que todo esto va unido. Un buen tono en el recto libera el transverso y nos permite una respiración más libre, además de permitir el movimiento del diafragma. Un diafragma menos bloqueado, deja pasar la energía hacia la pelvis y viceversa, con lo cual la conexión entre útero y corazón se facilita.
Si a la vez podemos ir liberando el psoas, estirándolo en profundidad, incidiremos también en liberar la respiración, ya que este va unido al diafragma compartiendo inserciones y cadenas miofasciales. El psoas es el camino hacia la pelvis, el músculo del alma, de la confianza y la apertura y también es imprescindible para recuperar la conciencia de nuestra pelvis y nuestro útero. Aunque la importancia del psoas da para otro artículo exclusivo!
Cuando trabajamos el suelo pélvico en diafreo, siempre lo hacemos activando el recto abdominal. Si trabajamos ejercicios de contracción de la vagina para dentro, activando a la vez el piramidal abdominal y consiguiendo no utilizar psoas, transverso, oblicuos, podemos localizar el útero, ya que queda justo en el centro entre estas dos contracciones, lo cual a muchas mujeres les produce placer interno y/o sensación de centro y de fuerza.
Conseguir un mejor tono en el recto abdominal y en el piramidal, también nos ayuda a estar más liberadas en la estática, pudiendo soltar mejor la pelvis y aflojar las tensiones internas de la zona del útero, cosa que también mejora la conciencia.
El problema de hacerlo sola sin acompañamiento experimentado es que nuestro cuerpo tiende a compensar, ya sea para evitar soltar alguna tensión que nos protege de algo, como para compensar la falta de tono en el recto abdominal, y muchas personas hasta que no llevamos un tiempo de proceso diafreo, no encontramos el tono en el recto, o lo encontramos al precio de tensión en el transverso, hombros, oblicuos, nalgas, psoas… incluso ojos! El trabajo que propone la diafreo es eliminar el exceso de tensión de la cadena posterior para repartir el tono a los músculos que normalmente no tienen, como es el recto, los cuádriceps y algunos pocos más. Cuando logramos esto, se abren nuevos caminos de percepción interna, de habitar el cuerpo, que nos permiten sentirnos por dentro, habitar también la pelvis y el útero, sentir el hara, nuestro centro creativo y almacén de energía vital.
La Conciencia del Útero a este nivel más físico tiene que ver con el sistema perceptivo que nos devuelve información sobre nuestro cuerpo, y que normalmente tenemos desconectado, sólo nos sentimos desde fuera! «La anatomía y la fisiología del aparato reproductor femenino están biológicamente diseñadas para funcionar en procesos amorosos regidos por el cerebro límbico en un equilibrio neuro-endocrino-muscular específico» (Casilda Rodrigáñez) Poder sentir y habitar el útero, así como relajar la pelvis y activar el piramidal, nos predisponen más al deseo y al placer, lo que implica una mayor descarga de oxitocina, la hormona del amor, que a su vez provoca movimientos en el útero, además de ser indispensable para la reparación de los músculos entre otras cosas (¡el papel de la oxitocina daría para otro artículo también!) Para ello, no sólo estiramos y activamos, sino que damos espacio a la escucha interna del cuerpo, y aparecen las causas emocionales guardadas en la memoria muscular, que iremos poco a poco expresando, dejando circular y elaborando, para así salir de los mecanismos de estrés interno de los patrones de comportamiento aprendidos. Tolerando cada vez más la energía en nuestras pelvis y familiarizándonos con nuestra capacidad de soltar y de abrirnos al placer. Para muchas el útero se relaja y los orgasmos se vuelven más totales. A nivel energético, conectamos con una sensación de paz interior, fuerza tranquila y conexión profunda con la transmutación y con una energía antigua de lo femenino. Cuando habitamos y nos permitimos liberar y expresar las heridas de nuestra sexualidad, este espacio cobra una nueva dimensión en nuestra integridad como Mujeres.
Carolina Izquierdo Amaruch